Ajo y Cebolla: Corrupción, ¿Garrapata del capitalismo?

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Corrupción, ¿Garrapata del capitalismo?

Tocar el tema de la lucha contra la corrupción puede exponer a que terceros lleguen a conclusiones ligeras y apresuradas. Naturalmente, siempre que tus puntos de vistas se alejen, aunque solo sea un poco, del discurso oficial. En diferentes épocas y a través de distintos medios informativos, me he referido a la lucha emprendida por diferentes gobiernos contra ese flagelo. Y mi postura siempre ha sido la misma: No creo en eso porque los resultados me han llevado a considerar que no pasan de ser espejismos forjados en campañas oficiales, una suerte de cumplir con el deber, simples operativos, luchas esporádicas y excluyentes, en definitiva, escaramuzas que, para justificarse, conllevan persecución y sanción de algunos casos. América Latina, con sus dignas y escasas excepciones, es el referente que tenemos más cercano, aunque todo el mundo capitalista está plagado del mal. Me importa un bledo lo que pudieran pensar otros, pero es mi convicción porque asumo la corrupción como un germen del capitalismo en cuyas extrañas encuentra su mejor caldo de cultivo para existir, crecer y expandirse. La corrupción es un monstruo de mil cabezas al que jamás venceremos con campañas y operativos, que puede tomar muchas formas, ocurrir en cualquier lugar, involucrar a cualquiera, que ocurre en las sombras, que se adapta a diferentes contextos y circunstancias, y que tiene entre sus mayores costos que “erosiona la confianza, debilita la democracia, obstaculiza el desarrollo económico y exacerba aún más la desigualdad, la pobreza, la división social y la crisis ambiental”. He sostenido siempre que TODO el que haya robado dinero y bienes del pueblo, que así se le demuestre, debe pagar por sus hechos, pero rechazo se nos quiera seguir embobando con escaramuzas, mientras se rehúsa acudir a una profilaxis seria y profunda para extirpar el cáncer. ¡Bastaría con adoptar los eficaces modelos de Singapur y China! Para mí también es corrupción e impunidad, aunque así no se contemple nunca, haber robado cuando se fue funcionario o ministro, sin importar el cuándo, y hoy estar en la calle disfrutando riquezas mal habidas y exigiendo castigos para otros; evadir el pago de impuestos, robar en sus empresas la energía eléctrica, cobrar impuestos al consumidor y no reportarlo al Estado; recibir 240 mil millones de pesos en exenciones y subsidios especiales, dizque para abaratar costos y garantizar precios asequibles, y nunca cumplir ni tampoco rendir cuenta a la Nación; recibir miles de millones de pesos en combustibles para generación eléctrica y construcción, tomándose una gran parte de ese combustible para venderlo por detrás; constituirse en vulgares carteles para distribuirse el mercado interno, imponer precios y evitar la competencia; producir porquerías o importarlas y venderlas al pueblo como alimentos aptos para el consumo humano… ¿Estas formas de corrupción no caben en los operativos? Eso sí, nos ponen a gozar el show muy bien entretenidos. Los medios, no los tribunales, difunden todos los pormenores que siempre alguien filtra desde las esferas oficiales, y los acusados pasan a procesados ante los ojos del pueblo, aunque luego, como en los casos Tucanos, Tres Brazos y Odebrecht, un tribunal diga que todo lo alegado y difundido carece de prueba, ¡Pero ya están condenados por el delito de opinión pública! El tema me obliga a volver…

 

 

 

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About Author

Periodista y escritor con mas de 38 años de ejercicio continuo del periodismo en República Dominicana. Autor del libro "Hacemos Periodismo Digital?

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