Moradores del barrio San José de Las Minas de Santiago de los Caballeros protestaron hoy en demanda de que el sindico Abel Martínez cumpla con la construcción y reparación de unas 40 casitas, que fueran aprobadas en el año 2017 dentro presupuesto participativo.
Los protestantes, en su mayoría mujeres dirigentes de la comunidad, denunciaron que el incumbente municipal entregó hoy tres casas reparadas que nada tienen que ver con las 40 acordadas en asamblea de la junta de vecinos y representantes del cabildo.
“Esas tres casas que no están en el proyecto de las 40 casitas que fueron acordadas en votación en una asamblea comunitaria con una comisión del Ayuntamiento, donde se hizo una elección por escrito acerca de la reparación de esas humildes viviendas que pertenecen a personas muy pobres de edad avanzadas, que no trabajan y que sus pequeñas casas se le están cayendo encima”, denunciaron.
Se quejaron por el incumplimiento del sindico y denunciaron que la reparación de las tres casas, “no están en la programación del presupuesto participativo, además de que son propiedad de personas que no participan en nada y boicotean los trabajos comunitarios”.
“Ese es un acto de irresponsabilidad porque se entregaron tres casas a espalda de nosotros que somos los dirigentes comunitarios y a quienes se nos pisotean nuestros derechos, además de que el síndico incumple los acuerdos”, dijo Mercedes cabrera.
Dijo que “hoy vienen a entregar esas tres casitas a espalda de los delegados de la comunidad y nosotros no sabemos que se gastó, cuanto costaron esas casitas, que ingeniero las reparó, o sea, se nos ha dado la espalda y se nos traiciona porque esas viviendas no son parte del proyecto nuestro”.
Rodeada de otras mujeres y residentes del barrio, la dirigente comunitaria de San José de Las Minas deploró la insensibilidad de Abel Martinez a quien acusa de no importarle las condiciones en que viven personas ya muy ancianas y cuyas casitas en cualquier momento se les desploma encima.
Criticó que a pesar de que las cuarentas viviendas son propiedad de gente enfermas, sin trabajo ni ingresos y que vive en constante temor, no se les ponga caso casi dos años de haberse aprobado.